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¿Resfriado otra vez? Déjate aconsejar!

El catarro o resfriado común es una enfermedad muy común, que nos afecta a todos. En general, no es grave, aunque sus síntomas pueden causar un gran malestar durante varios días. No hay tratamiento para curar el resfriado,  más que paliar los síntomas y pasarlo lo mejor posible.  El catarro o resfriado común esta causado por una infección vírica del aparato respiratorio, que normalmente cursa sin fiebre y se manifiesta con inflamación de las vías respiratorias superiores: nariz, garganta, tráquea, laringe, senos nasales y oído. sintomas resfriado Es una enfermedad benigna, que podemos sufrir todos nosotros aunque es más frecuente en niños y personas con las defensas bajas. Suelen haber tres momentos de mayor incidencia del catarro: uno en otoño (coincidiendo con el inicio del colegio), otro en invierno y otro en la primavera. Las infecciones catarrales son la forma más natural para que el niño adquiera sus defensas contra los distintos virus a los que estamos expuestos a lo largo de nuestra vida. El catarro es un proceso que se contagia fácilmente, a través del contacto directo con objetos o a través de gotitas de saliva lanzadas al hablar o al estornudar. Sus síntomas más comunes son la tos, congestión nasal, mocos y fiebre. En los niños, en ocasiones, puede acumularse moco en la zona de los oídos, apareciendo molestias por desequilibrio de presiones entre el exterior y la trompa de Eustaquio. Si se acumula gran cantidad de moco y se sobreinfecta da lugar a una otitis media, que causa dolor, y hace necesario acudir al pediatra. Normalmente el catarro cursa sin fiebre, pero, sobre todo en niños pequeños o personas inmunodeprimidas, puede existir un aumento de temperatura. ¿Qué se puede hacer? Las infecciones catarrales suelen curar espontáneamente y duran alrededor de una semana, aunque en algunas ocasiones puede durar algo más. Puesto que se trata de una infección vírica no hay que dar tratamiento con antibióticos, salvo que se presenten complicaciones en su evolución y sean indicados por el médico. Pueden seguirse, sin embargo, algunas recomendaciones que pueden aliviar los síntomas:

  • La tos es una defensa para limpiar las vías respiratorias, e irá cediendo poco a poco según se vaya superando la infección. Podemos ayudar a eliminar la mucosidad por medio de una buena expectoración,  para ello es muy recomendable beber líquidos con frecuencia. El agua con limón y miel siempre ha sido una solución casera útil y eficaz, pero en ocasiones, se pueden tomar fármacos mucolíticos y fármacos expectorantes que son sustancias que ayudan a eliminar las flemas de una forma más resolutiva.  
  • En el caso de que la tos sea seca e improductiva se puede utilizar fármacos antitusígenos que inhiban, a nivel central, el reflejo de la tos. Estos medicamentos tienen efectos secundarios más importantes por lo que debieras consensuar con el médico o farmacéutico que son los más indicados para tu tipo de tos y tus circunstancias personales (toma de otros medicamentos o otras enfermedades concomitantes).
  • Son útiles los lavados nasales con suero fisiológico o preparados comerciales pensados para ello.
  • Si aparece fiebre, cefalea, malestar general es conveniente tomar paracetamol, ácido acetilsalicílico o ibuprofeno.

Seguramente ir a la escuela o al trabajo o continuar con las actividades normales no empeorará el resfriado, pero sí aumentará la probabilidad de contagiar a los compañeros de clase o del trabajo o a los amigos. Por eso, es conveniente abandonar durante algunos días las actividades habituales.  ¿Cuándo hay que acudir al médico? A veces los catarros se complican y es necesario acudir a la consulta del médico o pediatra. Debe hacerlo en cualquiera de los siguientes casos:

  • Cuando sean pacientes con riesgo: niños pequeños, embarazadas, ancianos, personas con una enfermedad de base o inmunodeprimidas.
  • Cuando exista aumento de la dificultad respiratoria (ahogos, pitos, silibancias…)
  • Cuando la expectoración tenga un aspecto verdoso o sanguinolento.
  • Cuando la fiebre sea mayor de 39,5ºC (39,3 ºC si el niño es menor de 2 años).
  • Si la fiebre dura más de 4 días o reaparece tras haber estado sin fiebre durante 24 horas.
  • Si aparece dolor o supuración de oídos
  • Si la tos no disminuye pasados varios días, es intensa y dificulta las actividades normales.

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